TIPS

El rol de la dieta en la prevención del cáncer de tubo digestivo se asocia directamente con el consumo de frutas y verduras altas en fibra, de acuerdo con la Revista de Actualización Clínica.

Asimismo hay que eliminar de nuestro plan alimenticio carnes rojas, especialmente de res, borrego y cerdo al igual que carnes curadas, embutidos y alimentos preservados con sal ya que su consumo está directamente asociado con el desarrollo de cáncer gástrico. De hecho, el consumir carnes cocinadas al carbón o a la leña aumenta la probabilidad de desarrollar esta enfermedad que contienen aminas heterocíclicas, un componente cancerígeno de acuerdo con la Revista de Actualización Clínica.

De la misma manera, se debe evitar el consumo de lácteos que contengan una hormona bovina llamada IGF-I, asociada con la formación de diversos tumores. Por lo cual es favorable consumir leche y quesos orgánicos.

Es importante que sepas que consumir de manera frecuente algunos alimentos previenen, en cierto modo, la aparición de cáncer como ajo, tomate, cebolla, sandía, ciruela, manzana, melón, ajonjolí, aceite de oliva, cereales integrales, frijol, garbanzo, alimentos probióticos (yogurt) y el chocolate con un alto porcentaje de cacao.

El té es otro gran aliado para prevenir esta enfermedad. Además se ha comprobado que tiene un efecto protector que inhibe las nitrosaminas, un grupo de carcinógenos presentes tanto en el cigarrillo como en la carne muy asada.

De acuerdo con Public Health Nutrition, un consumo promedio mayor a 500 g de vegetales y de fruta al día, puede reducir los riesgo de contraer cáncer en un 60%. Sin embargo aún no se ha encontrado ningun alimento que protega en un 100% al organismo de contraer cáncer.