TIPS

La alimentación recomendada para las personas que sufren de diabetes ha sido siempre vista como un “régimen” que restringe el consumo de alimentos en ves de promover ciertos alimentos deliciosos a través de preparaciones creativas y saludables.

Normalmente el plato de un paciente que sufre de diabetes está compuesto por vegetales cocidos, carne o pescado a la plancha y una manzana de postre. Seguramente te aburrirás consumiendo todos los días la misma comida. Sería como caer en la monotonía.

Queremos enseñarte a que encuentres opciones para variar en tu menú. Existen infinidad de alimentos que sí puedes consumir al igual que técnicas de preparación.
Recuerda que para el ser humano, sin importar si padeces de una enfermedad crónica como la diabetes, comer es más que nutrirse. No solamente comemos para obtener energía de los alimentos, lo hacemos también por placer.

Asimismo queremos motivarte a que conozcas nuevas propuestas en donde puedas controlar tus niveles de azúcar en la sangre, prevengas complicaciones y reduzcas el consumo de grasas de origen animal.

A continuación, 5 consejos para motivarte en tu alimentación:

1. Las frutas son el postre perfecto. Consume entre 2 y 3 piezas de frutas como manzana, pera, melón, pomelo, sandía, ciruelas, frambuesas, fresas, kiwi e higos.
2. Incluye siempre dos porciones de verduras con fibra como brócoli, pepino, apio y espárragos. Estas retrasarán la absorción de carbohidratos mejorando los controles glucémicos.
3. Mantente hidratado con deliciosas infusiones sin azúcar a base de hojas de frambuesa, manzanilla, canela y salvia, entre otras.
4. Sustituye la proteína de carne de res por pollo, pescados blancos, calamaras, jamón de pavo, huevo o quesos curados.
5. Los snacks más deliciosos siempre serán los más naturales y saludables. Has de aceitunas, almendras, avellanas, cacahuates, nueces, pipas, piñones y pistachos tus mejores aliados.

Para finalizar, recuerda que tu alimentación siembre debe ser:

Suficiente: Que aporte la cantidad de energía necesaria para cubrir las necesidades de tu cuerpo.

Equilibrada: Que mantenga la proporción justa de diferentes nutrientes.

Variada: Que incluya todos los alimentos básicos.

Agradable: Que se adapte a tu estilo de vida y tus necesidades.