TIPS

La apasionante historia del té nos remonta a la China imperial del año 2737 a.C. cuando el emperador Shennong descansaba bajo un árbol de Camellia sinensis (nombre científico de la planta del té).

Mientras calentaba agua para beber, hojas secas de la planta cayeron en la olla, tinturándola de un tenue color verde. Desde el primer sorbo, el emperador quedó maravillado con su sabor y propiedades restauradoras. Los hindús, por su parte, atribuyen el descubrimiento del té a Buddha, quien, durante una peregrinación a China, meditó durante nueve días seguidos e inevitablemente, fue vencido por el cansancio. Al avergonzarse de su debilidad, se quitó sus propios párpados y los arrojó al suelo, dando vida al primer árbol de té.

Así que antes de conocer las principales variedades de té, debes saber que todos provienen de la misma planta: Camellia sinensis; Las hojas recogidas y sometidas al vapor del agua se convierten en té verde, pero si se enrollan y se dejan oxidar o fermentar un poco más de tiempo, producirán té oolong o té azul. Ahora bien, si estas hojas se oxidan durante largos periodos se obtiene el té negro.

Aproximadamente, un 78% del té que consumimos en el mundo es negro, un 22% verde, y al menos un 2%, oolong. También encontrarás en el mercado otros como el rojo o Pu-erh o el blanco, mezclados con jengibre, cáscaras de naranja o flores de jasmín con el fin de potenciar sus propiedades curativas.

No importa si lo tomas frío o caliente, siempre y cuando haya sido infusionado previamente en agua levemente caliente (que no haya hervido) entre dos y cinco minutos según la variedad.

ANTIOXIDANTE POR NATURALEZA

Según un estudio realizado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, consumir de té verde de manera frecuente, tiene efectos beneficiosos para la salud porque contiene una alta cantidad de polifenoles, compuestos también presentes en las uvas, cacao, arándanos y en el vino tinto) encargados de prevenir la oxidación celular. Además, produce un efecto protector en desarrollo enfermedades cardiovasculares y ayuda al metabolismo del colesterol, a largo plazo, si lo consumes frecuentemente.

También se ha comprobado que tiene un efecto protector sobre el cáncer e inhibe las nitrosaminas, un grupo de carcinógenos que se forman al fumar, al igual que los agentes cancerígenos presentes en la carne muy asada.

Si eres hipertenso, debes tomar té, y si quieres recargarte de energía, debes tomar al menos una taza al día: ¡sus efectos metabólicos son sorprendentes reduciendo el sobrepeso!

También se ha comprobado, que agregar un poco de leche a los tés oscuros ayuda a blanquear los dientes y evita las manchas provocadas por el alto contenido de taninos, según un estudio realizado por la Facultad de Dentistería de la Universidad de Alberta, en Canadá.